De nuevo Carlota R. nos deja una aportación para el blog, En este caso centrada en la explicación de lo que es un malpaís y más concretamente el de Timanfaya, en
Lanzarote.
En geomorfología un malpaís es un accidente del relieve
caracterizado por la presencia de rocas
poco erosionadas de origen volcánico en un ambiente árido.
Como ya hemos visto anteriormente
en clase, este es un tipo de relieve volcánico, presente en nuestro país en el
archipiélago canario, donde podemos destacar en la isla de Lanzarote, el
malpaís de Timanfaya.
Timanfaya es un Parque Nacional
situado en las islas canarias, al suroeste de la isla, que ocupa una extensión
de 51,07km². Formado por más de veinticinco volcanes, aún se encuentra activo,
existiendo puntos de calor en la superficie que alcanzan hasta 600ºC a 13 metros de
profundidad.
Según el
testimonio del párroco Lorenzo Curbelo "El día 1 de septiembre de 1730 entre
las nueve y las diez de la noche, la tierra se abrió en Timanfaya, a dos leguas
de Yaiza… y una enorme montaña se levantó del seno de la tierra". La
erupción de esa ‘gran montaña’ provocó una transformación radical de la isla,
ya que numerosos pueblos quedaron sepultados por las coladas de lava
procedentes del volcán, cubriendo un cuarto de la isla y llenando las vegas
cercanas de cenizas volcánicas.
Sin
embargo, esa no sería la última explosión de lava en la isla, pues en el año
1824, entraron en erupción tres nuevos volcanes: Tinguatón, Tao y Nuevo del
Fuego, provocando graves problemas socioeconómicos y hambrunas.
De este lugar dicen que no es una
tierra muerta, sino recién nacida. Aunque aparentemente desolados, estos
abruptos paisajes han sido colonizados, principalmente, por el mundo vegetal.
Predominan las tonalidades negras y rojizas de lapillis y arenas y las oscuras
de las lavas basálticas, todo ello salpicado de manchas de diferentes colores
pertenecientes a las numerosas especies liquénicas. No se puede olvidar su
riqueza biológica y el gran número de endemismos vegetales y animales.
En mi opinión, Timanfaya es un
lugar muy interesante para visitar: el paisaje que nos muestra es asombroso;
nos permite, además, recorrer un malpaís y sentir la energía geotérmica a
través de sencillos pero llamativos experimentos (desde freír un huevo en un
‘horno de lava’ gracias al calor que emite el interior terrestre, hasta ver
cómo es expulsada agua en forma de vapor desde un geiser). Todo ello contribuye
a demostrarnos que los volcanes siguen respirando y enviando su ardiente
aliento a la superficie.
A continuación dejo unos enlaces
referidos a los dos ‘experimentos’ mencionados con anterioridad.
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