Icíar S. nos deja esta interesante entrada sobre uno de los parques nacionales más espectaculares que tenemos en España.
Este Parque Natural se encuentra
en la isla de Lanzarote entre los municipios de Yaiza y Tinajo, con una
superficie de 51,07 km² siendo nombrado Parque Natural el 9 de agosto de 1974.
La
historia del parque nacional y en general de la isla de Lanzarote está marcada
directamente por las erupciones volcánicas ocurridas en el siglo XVIII y, en
menor medida, en el XIX. El área que cubrieron las lavas estaba por completo
dedicada a la actividad agrícola, concretamente a la producción de cereales,
que además de para consumo isleño servía para abastecer a otras islas. Había
grandes extensiones dedicadas al pastoreo y otras a la recolección de productos
como la orchilla (liquen del que se obtenía colorante) o el carbón de leña de
aulaga.
En
un entorno hostil se pensaría en la ausencia de vegetación, sin embargo, las
plantas se han adaptado a unas condiciones desfavorables desarrollando
estructuras especiales para soportar la elevada insolación y la escasez de
agua. Los estudios han revelado una mayor diversidad de la que en principio
pudiera esperarse. En las primeras etapas de colonización son los líquenes los
que abren el camino, transformando el suelo para la instalación de otros
organismos vegetales que necesitan de un sustrato más desarrollado. El clima es
el principal factor limitante pero, además, los vientos alisios son de
gran importancia en el desarrollo de la vegetación, favoreciendo la instalación
vegetal hacia barlovento.
Aunque
a simple vista pudiera parecer, por las condiciones extremas de aridez, falta
de vegetación y de agua, que el parque nacional no alberga vida animal, lo
cierto es que aproximadamente 200 especies habitan en Timanfaya, entre las que
un porcentaje cercano al 50 % se corresponde con invertebrados. En el parque
hay 2 especies de reptiles, el lagarto atlántico con unos característicos
ocelos verdes a los lados del cuerpo y que habita en todos los islotes y cultivos,
y el perenquén, de hábitos nocturnos, más común en los islotes, aunque también
es capaz de estar presente en el litoral y en los campos de lavas. Hay una
veintena de especies de aves. El litoral excelentemente conservado de este
parque nacional, la escasez de molestias y la gran cantidad de agujeros y
cavidades apropiadas para la nidificación favorecen la existencia de colonias
de aves pelágicas, aquellas que desarrollan la mayor parte de su vida en el
mar. En cuanto a las aves rapaces, en el parque se reproducen el cernícalo
vulgar, el halcón tagorote y la lechuza común la paloma bravía y el cuervo. Los
mamíferos están representados por 6 especies, el conejo, la rata negra, la rata
parda, el ratón de campo, el erizo moruno y la musaraña canaria.
El
paisaje del Parque Nacional de Timanfaya se gestó durante un periodo concreto,
entre 1730 y 1736, completado con la erupción del Chinero o Volcán Nuevo del
Fuego en 1824. Los fenómenos atmosféricos aún no han alterado el paisaje, con
lo que se contemplan las fases iniciales de su evolución. El elemento mineral
destaca sobre cualquiera de las manifestaciones de naturaleza biológica. Los
campos de lava adquieren un aspecto diferente en función de su viscosidad, combinando
terrenos abruptos y rugosos, conocidos como malpaíses, con otros sobre los que
no se haría difícil transitar. En estos materiales volcánicos, la principal
señal de vida la ponen los líquenes que ya han empezado a alterar las rocas y a
crear las condiciones para los organismos más avanzados y exigentes que
llegarán más adelante. Los líquenes son los responsables de crear múltiples
muestras de color en el paisaje. Los volcanes son los accidentes más
representativos de la geografía del parque. Se distribuyen principalmente por
su sector meridional y son, en su mayor parte, de baja altura,
correspondiéndose con erupciones recientes. Los islotes corresponden a
erupciones anteriores y sus suelos están algo más evolucionados. Por tratarse
de zonas elevadas, no fueron cubiertas por las coladas de las erupciones
históricas, es el caso de los Islotes de El Mojón, Halcones o la Montaña de
Termesana. La presencia de costa es uno de los elementos que distinguen a
Timanfaya del resto de parques nacionales canarios. Todo el límite occidental
del parque lo constituye un litoral que se encuentra en muy buen estado de
conservación y libre de alteraciones.
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