domingo, 15 de febrero de 2015

Timanfaya

Icíar S. nos deja esta interesante entrada sobre uno de los parques nacionales más espectaculares que tenemos en España.

Este Parque Natural se encuentra en la isla de Lanzarote entre los municipios de Yaiza y Tinajo, con una superficie de 51,07 km² siendo nombrado Parque Natural el 9 de agosto de 1974.
                                     
La historia del parque nacional y en general de la isla de Lanzarote está marcada directamente por las erupciones volcánicas ocurridas en el siglo XVIII y, en menor medida, en el XIX. El área que cubrieron las lavas estaba por completo dedicada a la actividad agrícola, concretamente a la producción de cereales, que además de para consumo isleño servía para abastecer a otras islas. Había grandes extensiones dedicadas al pastoreo y otras a la recolección de productos como la orchilla (liquen del que se obtenía colorante) o el carbón de leña de aulaga.


En un entorno hostil se pensaría en la ausencia de vegetación, sin embargo, las plantas se han adaptado a unas condiciones desfavorables desarrollando estructuras especiales para soportar la elevada insolación y la escasez de agua. Los estudios han revelado una mayor diversidad de la que en principio pudiera esperarse. En las primeras etapas de colonización son los líquenes los que abren el camino, transformando el suelo para la instalación de otros organismos vegetales que necesitan de un sustrato más desarrollado. El clima es el principal factor limitante pero, además,  los vientos alisios son de gran importancia en el desarrollo de la vegetación, favoreciendo la instalación vegetal hacia barlovento.
                                                           
Aunque a simple vista pudiera parecer, por las condiciones extremas de aridez, falta de vegetación y de agua, que el parque nacional no alberga vida animal, lo cierto es que aproximadamente 200 especies habitan en Timanfaya, entre las que un porcentaje cercano al 50 % se corresponde con invertebrados. En el parque hay 2 especies de reptiles, el lagarto atlántico con unos característicos ocelos verdes a los lados del cuerpo y que habita en todos los islotes y cultivos, y el perenquén, de hábitos nocturnos, más común en los islotes, aunque también es capaz de estar presente en el litoral y en los campos de lavas. Hay una veintena de especies de aves. El litoral excelentemente conservado de este parque nacional, la escasez de molestias y la gran cantidad de agujeros y cavidades apropiadas para la nidificación favorecen la existencia de colonias de aves pelágicas, aquellas que desarrollan la mayor parte de su vida en el mar. En cuanto a las aves rapaces, en el parque se reproducen el cernícalo vulgar, el halcón tagorote y la lechuza común la paloma bravía y el cuervo. Los mamíferos están representados por 6 especies, el conejo, la rata negra, la rata parda, el ratón de campo, el erizo moruno y la musaraña canaria.
                                               

El paisaje del Parque Nacional de Timanfaya se gestó durante un periodo concreto, entre 1730 y 1736, completado con la erupción del Chinero o Volcán Nuevo del Fuego en 1824. Los fenómenos atmosféricos aún no han alterado el paisaje, con lo que se contemplan las fases iniciales de su evolución. El elemento mineral destaca sobre cualquiera de las manifestaciones de naturaleza biológica. Los campos de lava adquieren un aspecto diferente en función de su viscosidad, combinando terrenos abruptos y rugosos, conocidos como malpaíses, con otros sobre los que no se haría difícil transitar. En estos materiales volcánicos, la principal señal de vida la ponen los líquenes que ya han empezado a alterar las rocas y a crear las condiciones para los organismos más avanzados y exigentes que llegarán más adelante. Los líquenes son los responsables de crear múltiples muestras de color en el paisaje. Los volcanes son los accidentes más representativos de la geografía del parque. Se distribuyen principalmente por su sector meridional y son, en su mayor parte, de baja altura, correspondiéndose con erupciones recientes. Los islotes corresponden a erupciones anteriores y sus suelos están algo más evolucionados. Por tratarse de zonas elevadas, no fueron cubiertas por las coladas de las erupciones históricas, es el caso de los Islotes de El Mojón, Halcones o la Montaña de Termesana. La presencia de costa es uno de los elementos que distinguen a Timanfaya del resto de parques nacionales canarios. Todo el límite occidental del parque lo constituye un litoral que se encuentra en muy buen estado de conservación y libre de alteraciones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario